Ellos no existen (Laysa lahum wujud) (1974)

por Annemarie Jacir

A finales de los años 60, un grupo de jóvenes mujeres y hombres árabes, comprometidos con la lucha por la liberación de  Palestina, decidió contribuir a la resistencia a través del cine – grabando sus vidas, sus esperanzas y su lucha por la justicia. A través tanto de la ficción como de documentales, trataron de contar historias sobre Palestina y de crear un nuevo tipo de cine.

Entre estos cineastas se encontraban los fundadores Mustafa Abu Ali, Sulafa Jadallah y Hani Jawhariya. También estaban Khadija Abu Ali, Ismael Shammout, Rafiq Hijjar, Nabiha Lutfi, Fuad Zentut, Jean Chamoun y Samir Nimr. La mayoría eran refugiados, exiliados de sus hogares en Palestina. Además había otros compañeros árabes solidarizados con ellos, que dedicaron su trabajo a una justa causa. Las películas se proyectaron por todo el mundo árabe y en contextos internacionales, pero nunca en Palestina. Ninguno de los cineastas estaba autorizado a entrar en Palestina, o en lo que sería conocido como Israel, e incluso menos lo estaban sus películas.

Y más de treinta años después sus películas seguían sin haber sido proyectadas en Palestina. Como  director artístico del festival del cine “Dreams of a Nation” (Sueños de una Nación), celebrado en Palestina en 2003, sabía que era conveniente y que era fundamental intentar inaugurar el festival con esas películas en el corazón de Palestina – Jerusalén – para honrar el trabajo de estos cineastas tan valientes.

Durante varios años había buscado las películas originales y a los directores, y finalmente en el año 2000 conseguí localizar a Kais Al-Zubaidi, que formaba parte de este grupo de cineastas, y que ahora vive en Berlín. Su película “Palestine, A People´s Record” (Palestina, Crónica de un pueblo, 1984) fue proyectada en el primer festival de cine palestino de Nueva York. Al-Zubaidi es además editor, cámara e investigador dedicado al cine palestino.

En 1982, el ejército israelí invadió Líbano y los archivos de las películas palestinas desaparecieron durante varios años, junto con el resto de colecciones del patrimonio cultural de la OLP. Durante muchos años, Al-Zubaidi intentó recuperar las películas perdidas y consiguió localizar algunas, que ahora guarda en un archivo en Berlín. El archivo de películas palestinas en Beirut «se perdió en 1982. Algunos dicen que fue destruido, otros que el ejército israelí se llevó las películas y puede que todavía existan,» afirma. Amablemente, Al-Zubaidi nos proporcionó las películas para su estreno en Palestina.

[…]

Basada en la novela de Ghassan Kanafani y financiada en su totalidad con dinero palestino (recaudado por el Frente Popular para la Liberación de Palestina), la película “Regreso a Haifa” se cita a menudo como la “primera película palestina de ficción”, a pesar de que su director no es palestino. En el norte de Líbano, los palestinos que viven en los campos de refugiados aportaron “el capital, la asistencia y el entusiasmo” para el proyecto. Tres meses antes de empezar el rodaje en la zona de Trípoli, el equipo de producción lanzó una extensa campaña de sensibilización en los campos de Nahr el Bared y Al Bedawi. Se llevaron a cabo encuentros en  plazas, lugares de trabajo y hasta en mezquitas después de la oración del viernes. Solo en la escena del éxodo con la que comienza la película aparecen entre 3000 y 4000 extras de todas las edades, centenares de piezas de vestuario de la época (los palestinos de los campos trajeron sus ropas antiguas), viejos coches y docenas de barcos de pesca (los pescadores libaneses prestaron sus barcas para esa jornada). El 23 de Agosto de 1981 por la mañana todo estaba listo, y “milagrosamente el plató del puerto de Trípoli se parecía al de Haifa en 1948”.

La segunda película fue dirigida en 1974 por Mustafa Abu Ali, quien tomó el título de la declaración de Golda Meir de que los palestinos no existen. Abu Ali, uno de los primeros directores de cine palestinos y fundador del departamento de cine de la OLP, empezó a dirigir películas en 1968 en Jordania, junto a Sulafa Jadallah y Hani Jawhariya. Tras el Setiembre Negro, Abu Ali y los demás tuvieron que abandonar Jordania pero en Líbano continuaron produciendo películas para la resistencia.

Tras la firma de los Acuerdos de Oslo, Abu Ali logró regresar a Palestina, después de 47 años en el exilio como refugiado. Sin embargo, la ley israelí le prohíbe vivir, y incluso visitar, su ciudad de natal Maliha (en la región de Jerusalén) y tiene que vivir en Ramallah – a tan solo 15 kilómetros de distancia. Maliha fue atacada en julio de 1948 y parcialmente demolida por las fuerzas sionistas. Todos sus habitantes, incluido Abu Ali, fueron víctimas de la limpieza étnica y se convirtieron en refugiados a los que nunca se les permitió volver a sus casas. Actualmente, la mayoría de los israelíes solo conoce la zona como centro comercial Malcha o Kenion.

La contribución de Abu Ali al cine palestino es significativa, al igual que su contribución al cine internacional. Trabajó con Jean-Luc Godard, que dijo siempre que su alma es palestina, en la apreciada película “Ici et Ailleurs” (Aquí y en otro lugar). Godard es «un gran cineasta; comprometido, creativo y lleno de imaginación. Ambos tenemos la inquietud de encontrar el lenguaje cinematográfico adecuado para la lucha por la libertad”, dice Abu Ali.

Naturalmente, quería que Abu Ali estuviese presente en el estreno de su película en Jerusalén. Solicitamos a la Autoridad Israelí el permiso para que Mustafa recorriese los 15 kilómetros hasta Jerusalén. El permiso fue denegado. Lo intentamos otra vez, y de nuevo fue denegado.

De todas formas, decidimos que viniera.

Se organizaron varios coches para recogerlo y dejarlo en los diferentes puestos de control; los coches lo esperaban a un lado para llevarlo al siguiente puesto de control. Le pedí a un periodista extranjero, un amigo que vive en Ramallah, que acompañara a Abu Ali en el viaje – no solamente para hacerle compañía sino también para garantizar su seguridad frente al ejército israelí (en la medida en la que se puede garantizar su seguridad). Inevitablemente, hubo problemas que produjeron retrasos. Un recorrido que antes se realizaba en 20 minutos ahora lleva varias horas. Abu Ali y el periodista superaron juntos las barreras, atravesaron campos, subieron colinas y finalmente llegaron a Jerusalén. En un determinado momento, Abu Ali, intentando tomar aire, dijo: “Solíamos decir ‘arte para la lucha’, ahora es ‘lucha para el arte’”.

Mientras el público y los organizadores esperaban nerviosos en Jerusalén, un periodista de “Sight and Sound” comentaba: “el documentalista Abu Ali Mustafa, mientras tanto, está atrapado al otro lado, camino de la proyección inaugural de su obra “Ellos no existen” de 1974, en un cine provisional en el YMCA de Jerusalén Este”. La película se iba a proyectar en un teatro que nosotros mismos construimos en el YMCA, ya que las autoridades israelíes obligaron a cerrar los cines palestinos durante la primera intifada en los años 80.

Un exhausto pero brillante Abu Ali Mustafa, apareció finalmente en Jerusalén para estar presente en la noche inaugural. “Ellos no existen” fue proyectado por primera vez en Palestina en una sala repleta de gente, y Abu Ali vio su propia película por primera vez en veinte años. Para él, fue un momento de reflexión sobre «ese período en los años 70, cuando yo estaba tratando de desarrollar un nuevo lenguaje para el cine militante».

Ver esas películas en Jerusalén era algo que «nunca pensó que podría suceder». Mustafa Abu Ali, que tiene ahora sesenta y tres años, entró en su propia ciudad de manera ilegal, pero con orgullo. En cuanto a Kassem Hawal, como tantos otros, no puede entrar en Palestina, pero su película sí entró – una película que narra el regreso a una ciudad en un país que una vez fue libre, basado en un libro de un escritor palestino exiliado a quien nunca le fue permitido regresar a su hogar. La importancia de ver “Regreso a Haifa” no pasó desapercibida entre la audiencia de Jerusalén – en una ciudad donde nuestros libros habían sido prohibidos, nuestros teatros cerrados, y que está todavía asfixiada bajo la ocupación militar, el estado de ánimo en el teatro esa noche fue extraordinario. Más de treinta años después de su producción, logramos proyectar públicamente por primera vez en Palestina dos de las películas más importantes del cine palestino de resistencia – las películas habían por fin vuelto a casa.

Traductora: Giada Mazza
Correctora: Isabel Calderón
Fecha de publicación en castellano: Mayo 2011
Fuente: They do not exist (Laysa hahum wujud) (1974), de Annemarie Jacir, UbuWeb.

 http://www.ubu.com/film/ali_exist.html

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